martes, 24 de abril de 2007

LA TIERRA PLANA O CURVA

La historia juega malas pasadas y así ocurrió con la atinada medición de Eratóstenes de Cirene. Uno de sus seguidores Posidonio de Rodas (135-50 a.C.), creyó encontrar al repetir el experimento un error en el cálculo anterior y rebajó la medida a 28.400Km. Dimensión que fue aceptada universalmente en los calculos cientificos, con lo que se generalizó la idea de una tierra de más reducidas proporciones.

Esta medida pasó a los geógrafos posteriores y llegó incluso hasta el siglo XV, haciendo pensar al mismísimo Colón, que Las indias, debía estar muy cerca de europa, al otro lado del atlántico. De este modo, por un golpe de buena suerte, el cálculo erróneo de un geógrafo griego contribuyó, dieciséis siglos más tarde, a idear y justificar la primera expedición europea que llegó a las costas del nuevo mundo.

Pero es hacia 1600 cuando se empieza a abordar el asunto con mayor rigor técnico científico. ya se empieza a utilizar las triangulaciones para calcular distancias (método aún utilizado en la actualidad) y fue de gran ayuda la aportada por el francés Picard en 1670, incorporando a los anteojos un retículo provisto de cruz filar, permitiendo de esta forma aumentar la precisión de las medidas angulares.

Evidentemente todas estas mediciones que se han descrito daban por supuesta la esfericidad de la tierra, pero desde que Newton enunció la ley de la gravitación universal, quedó admitido que si la tierra se suponía en principio como una masa fluida y homogénea, sometida a las atracciones gravitacionales y al movimiento de rotación, debería tener una figura de revolución achatada por los polos (modelo manzana). A partir de este momento se desecha la forma esférica para la tierra, adoptando la de un elipsoide de revolución o de dos ejes. Poco después, el astrónomo Cassini, a partir de observaciones realizadas a Júpiter, afirma que, efectivamente, nuestro planeta está achatado, pero alargado hacia los polos (modelo limón), al contrario de lo que afirmaba Newton.

Tras varios años de discusión y discrepancias entre las distintas teorías la academia de ciencias de parís organizó dos expediciones, una dirigida a perú (zona ecuatorial) y otra a laponia (zona próxima al polo), llevando ambas la misión de determinar el radio de curvatura de la elipse meridiana, para lo que debían medir distancias y diferencias de latitud en ambos lugares. En la expedición a perú fueron dos españoles, Jorge Juan y Antonio de Ulloa, enviados por el rey Felipe V. Los trabajos duraron once años. A su vuelta los dos españoles dejaron cada uno un libro escrito no sólo con los datos técnicos de la expedición, sino también con una gran información sobre el paso de los conquistadores españoles por aquellas tierras.

El resultado de estas expediciones dio la razón a Newton y efectivamente la tierra es un elipsoide de revolución achatado por los polos.

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